martes, 12 de noviembre de 2013

Moral y Ética

EL ámbito de la moral

Los seres vivos nacen, crecen, se desarrollan y mueren pero solo de los seres humanos se dice que somos capaces de actuar, capaces de realizar acciones.  Hablamos con los amigos, tratamos de arreglar un carro, trabajamos, escribimos una poesía, llevamos a cabo ideas geniales, intentamos cambiar el mundo y todas ellas son acciones humanas.  Sin embargo, todos los demás seres vivos, incluyendo animales y plantas, también realizan  acciones, bastante similares a las nuestras: duermen cuando sienten sueño, comen cuando tienen hambre y se defienden cuando se sienten atacados.  Su diferencia con respecto a los demás seres vivos es que los seres humanos las hacemos por algo y para algo, y ese algo es lo que les da sentido.  Nuestras acciones son, a diferencia de las de los demás seres vivos, voluntarias.  Nosotros podemos decidir cuándo comer, independientemente de si tenemos hambre o no.  En cambio, las acciones animales responden simplemente a un sistema de estímulo-respuesta y es por ello que los animales no son seres morales.  La posibilidad de decidir qué hacer y por qué hacerlo es lo que nos convierte en seres morales.  Por eso, comprender por qué los demás actúan como lo hacen, por qué yo actúo como lo hago, es parte de la naturaleza humana.

La moral y la ética

Los seres humanos tenemos muchas maneras diferentes de vivir y esto ocurre porque no damos la misma importancia a las mismas cosas.  Pero si hay tantas maneras de vivir, ¿da igual la forma como se vive?  Todas las personas hemos experimentado que no da lo mismo.  Hay maneras mejores y peores de vivir, tanto para nosotros mismos como para los demás.  Cada uno tiene que ir descubriendo cuál es la mejor forma de responder a los acontecimientos que le afectan.  Los seres humanos, a diferencia de los animales, tenemos libertad,  es decir, tenemos capacidad de elegir lo que vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo y, además. Podemos justificar lo que hemos elegido, es decir, podemos dar las razones que nos han conducido a elegir una forma u otra de actuar.  Por eso se dice que somos seres morales, que la acción humana es moral. También necesitamos un saber como la ética que nos ayude a comprender nuestra acción y a elegir lo mejor para vivir una vida buena.

Diferencias entre la moral y la ética

En la vida cotidiana, los términos moral y ética se utilizan generalmente como sinónimos.  Por ejemplo, para la gente significa lo mismo decir El deportista actuó con falta de ética que decir El deportista actuó de un modo inmoral.  En ambos casos queremos decir que no se comportó como es costumbre entre los buenos deportistas, no actuó con el carácter de un buen deportista.  Ahora bien, aunque ética y moral significan lo mismo en la vida cotidiana, no tienen el mismo significado en el lenguaje filosófico, en el que se distinguen de la siguiente manera: i) La moral como una dimensión de la vida humana, relacionada con la libertad de elegir y con la capacidad de reconocer que hay modos de ser y de vivir más propios de unos seres humanos que de otros.  La moral se sitúa en el plano de lo vivido. Y vivir moralmente consiste en ser persona en el pleno sentido de la palabra.  Autores como el español José Ortega y Gasset (1883-1955) recuerdan que el término moral tiene un sentido deportivo: está alto de moral el que se encuentra en forma, el que está preparado para enfrentar limpiamente cualquier tarea o proyecto; está desmoralizado quien no tiene energías para aceptar ningún reto.  Lo importante no es tanto ser moral o inmoral, como estar alto de moral o desmoralizado; ii) La ética es la reflexión acerca de lo moral.  Se sitúa en el plano de lo pensado.  Lleva “apellidos” filosóficos: ética aristotélica, ética kantiana, ética utilitarista, etc.  Cada escuela filosófica ha elaborado su correspondiente teoría ética para comprender la dimensión moral de la vida humana. 

La reflexión de la ética sobre la moral ha llevado a distinguir dos significados que nos ayudan a comprenderla: i) Moral como estructura.  Todas las personas tenemos una estructura moral porque a la hora de actuar hemos de elegir entre distintas posibilidades y justificar aquella que hemos elegido en relación con algún código moral, además de hacernos responsables de la elección.  ii) Moral como contenido.  Cuando cada uno de nosotros elige algo, tiene en cuenta un conjunto de normas, valores y principios que orientan la conducta y configuran un modo de vivir.  Como podemos encontrar diversas maneras de vivir, podemos hablar de distintas morales.  Según este significado,  existen una moral occidental, cristiana, budista, esquimal, ecologista, etc.  Los contenidos morales varían de una época a otra y de un grupo cultural a otro, pero eso no significa que todos los contenidos sean igualmente válidos.

Moral, inmoral y amoral

En relación con la distinción que se acaba de hacer, conviene aclarar todavía dos pares de conceptos: i) Moral como opuesto a inmoral.  Podemos decir que una conducta es moral o inmoral en relación con un determinado contenido, es decir, si se ajusta o no al contenido que se considera moralmente correcto.  Por ejemplo, desde la moral del judaísmo se consideraría inmoral que un judío trabajara el sábado.  Es este caso, moral es sinónimo de bueno e inmoral, de malo.  ii) Moral como opuesto a amoral.  Un ser moral es aquél que tiene una estructura moral, es decir, la necesidad de elegir entre distintas posibilidades y justificar sus elecciones, el que tiene que elegir entre comportarse bien o mal, mientras que un ser amoral es el que carece de esta capacidad.  Los seres humanos somos seres morales en este sentido, mientras que los animales y los robots son seres amorales, es decir, que actúan programados de tal forma que no se les puede pedir que sean responsables de sus actos.

La moral, el derecho y la religión

La moral, el derecho y la religión tratan de orientar las acciones humanas y, en este sentido, son saberes normativos, estableces normas.  Los tres son necesarios para las personas y se complementan entre sí.  ¿Cuáles son sus diferencias?  La moral y la religión no solo dan normas, sino que también se ocupan de averiguar, qué es lo que hace felices a las personas, cosa que no es tarea del derecho.  Pero, incluso en lo que se refiere a las normas, no es igual la forma de tratarlas.  Al reflexionar sobre las normas, podemos distinguir en ellas dos aspectos: i) El contenido, lo que manda o prohíbe la norma.  Por ejemplo, “no matar”; ii) La forma en que lo hace.  Por ejemplo, bajo amenaza de castigo en el caso del derecho, como cuestión de conciencia en el caso de la moral o como prohibición divina en el caso de la religión.  Aunque en ocasiones el contenido de determinados mandatos y orientaciones sea a la vez jurídico, moral y religioso, eso no significa que una de las tres formas de orientar la acción tenga que eliminar a las restantes porque cada una de ellas tiene un modo de ayudar a las personas.  La diferencia entre esos tres saberes prácticos descansa sobre todo en cuatro elementos: quién es el que promulga el mandato y exige, por tanto, su cumplimiento; quiénes son los destinatarios; ante quién está obligado a responder el que lo infringe; y de quién se puede esperar obediencia.  La relación entre los tres saberes prácticos y los cuatro agentes que interactúan en ellos se puede ver en la siguiente clasificación:


Religión
Derecho
Moral
Quién promulga el mandato
Dios, a través de la revelación y el magisterio
El poder legislativo legitimado para ellos
La persona misma
Destinatarios del mandato
Todas las personas
Los miembros dela comunidad política
La persona de cada cual
Ante quién se responde
Ante Dios
Ante los tribunales
Ante sí misma
De quién se puede esperar obediencia
De los creyentes
De los obligados por el pacto
De todas las personas

   
Referencias Bibliográficas

SANCHEZ LEÓN, María Cristina y ORDOÑEZ PINILLA, Camilo.  Pensamiento Filosófico I, 1ª edición, Bogotá, Editorial Santillana, 2012, páginas: 130-134.

Actividades:

1.    Con base en la información del texto, realice un comentario sobre el siguiente interrogante: ¿Cuál es la diferencia entre la moral y la ética?
2.    ¿Por qué son necesarios la moral, la religión  y el derecho?
3.   La respuesta al interrogante 2º, enviarla al correo electrónico solo.informes.ita@gmail.com
4.    Fecha límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 28 de noviembre/2013.