EL ámbito
de la moral
Los seres vivos
nacen, crecen, se desarrollan y mueren pero solo de los seres humanos se dice
que somos capaces de actuar, capaces de realizar acciones. Hablamos con los amigos, tratamos de arreglar
un carro, trabajamos, escribimos una poesía, llevamos a cabo ideas geniales,
intentamos cambiar el mundo y todas ellas son acciones humanas. Sin embargo, todos los demás seres vivos,
incluyendo animales y plantas, también realizan acciones, bastante similares a las nuestras:
duermen cuando sienten sueño, comen cuando tienen hambre y se defienden cuando
se sienten atacados. Su diferencia con
respecto a los demás seres vivos es que los seres humanos las hacemos por algo
y para algo, y ese algo es lo que les da sentido. Nuestras acciones son, a diferencia de las de
los demás seres vivos, voluntarias. Nosotros podemos decidir cuándo comer,
independientemente de si tenemos hambre o no. En cambio, las acciones animales responden
simplemente a un sistema de estímulo-respuesta y es por ello que los animales
no son seres morales. La posibilidad de
decidir qué hacer y por qué hacerlo es lo que nos convierte en seres morales. Por eso, comprender por qué los demás actúan
como lo hacen, por qué yo actúo como lo hago, es parte de la naturaleza humana.
La
moral y la ética
Los seres humanos
tenemos muchas maneras diferentes de vivir y esto ocurre porque no damos la
misma importancia a las mismas cosas.
Pero si hay tantas maneras de vivir, ¿da igual la forma como se vive? Todas las personas hemos experimentado que no
da lo mismo. Hay maneras mejores y
peores de vivir, tanto para nosotros mismos como para los demás. Cada uno tiene que ir descubriendo cuál es la
mejor forma de responder a los acontecimientos que le afectan. Los seres humanos, a diferencia de los
animales, tenemos libertad, es decir, tenemos capacidad de elegir lo que
vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo y, además. Podemos justificar lo que hemos elegido, es decir, podemos dar las razones
que nos han conducido a elegir una forma u otra de actuar. Por eso se dice que somos seres morales, que la acción humana es
moral. También necesitamos un saber como la ética que nos ayude a comprender
nuestra acción y a elegir lo mejor para vivir una vida buena.
Diferencias
entre la moral y la ética
En la vida cotidiana,
los términos moral y ética se
utilizan generalmente como sinónimos.
Por ejemplo, para la gente significa lo mismo decir El deportista actuó con falta de ética que decir El deportista actuó de un modo inmoral. En ambos casos queremos decir que no se
comportó como es costumbre entre los buenos deportistas, no actuó con el
carácter de un buen deportista. Ahora
bien, aunque ética y moral significan
lo mismo en la vida cotidiana, no tienen el mismo significado en el lenguaje
filosófico, en el que se distinguen de la siguiente manera: i) La moral como una dimensión de la vida
humana, relacionada con la libertad de elegir y con la capacidad de reconocer
que hay modos de ser y de vivir más propios de unos seres humanos que de
otros. La moral se sitúa en el plano de
lo vivido. Y vivir moralmente consiste en ser
persona en el pleno sentido de la palabra.
Autores como el español José Ortega y Gasset (1883-1955) recuerdan que
el término moral tiene un sentido
deportivo: está alto de moral el que se encuentra en forma, el que está
preparado para enfrentar limpiamente cualquier tarea o proyecto; está
desmoralizado quien no tiene energías para aceptar ningún reto. Lo importante no es tanto ser moral o
inmoral, como estar alto de moral o desmoralizado; ii) La ética es la reflexión acerca de lo moral. Se sitúa en el plano de lo pensado. Lleva “apellidos” filosóficos: ética
aristotélica, ética kantiana, ética utilitarista, etc. Cada escuela filosófica ha elaborado su
correspondiente teoría ética para comprender la dimensión moral de la vida
humana.
La reflexión de la
ética sobre la moral ha llevado a distinguir dos significados que nos ayudan a
comprenderla: i) Moral como
estructura. Todas las personas
tenemos una estructura moral porque a la hora de actuar hemos de elegir entre distintas posibilidades y
justificar aquella que hemos elegido en relación con algún código moral, además
de hacernos responsables de la elección.
ii) Moral como contenido. Cuando cada uno de nosotros elige algo, tiene
en cuenta un conjunto de normas, valores y principios que orientan la conducta
y configuran un modo de vivir. Como
podemos encontrar diversas maneras de vivir, podemos hablar de distintas
morales. Según este significado, existen una moral occidental, cristiana,
budista, esquimal, ecologista, etc. Los
contenidos morales varían de una época a otra y de un grupo cultural a otro,
pero eso no significa que todos los contenidos sean igualmente válidos.
Moral,
inmoral y amoral
En relación con la
distinción que se acaba de hacer, conviene aclarar todavía dos pares de
conceptos: i) Moral como opuesto a inmoral. Podemos decir que una conducta es moral o
inmoral en relación con un determinado contenido, es decir, si se ajusta o no
al contenido que se considera moralmente correcto. Por ejemplo, desde la moral del judaísmo se
consideraría inmoral que un judío trabajara el sábado. Es este caso, moral es sinónimo de bueno e inmoral, de malo. ii) Moral como opuesto
a amoral. Un ser moral es aquél que tiene una
estructura moral, es decir, la necesidad de elegir entre distintas
posibilidades y justificar sus elecciones, el que tiene que elegir entre
comportarse bien o mal, mientras que un ser amoral es el que carece de esta
capacidad. Los seres humanos somos seres
morales en este sentido, mientras que los animales y los robots son seres
amorales, es decir, que actúan programados de tal forma que no se les puede
pedir que sean responsables de sus actos.
La
moral, el derecho y la religión
La moral, el derecho
y la religión tratan de orientar las
acciones humanas y, en este sentido, son saberes normativos, estableces normas.
Los tres son necesarios para las personas y se complementan entre
sí. ¿Cuáles son sus diferencias? La moral y la religión no solo dan normas,
sino que también se ocupan de averiguar, qué es lo que hace felices a las
personas, cosa que no es tarea del derecho.
Pero, incluso en lo que se refiere a las normas, no es igual la forma de
tratarlas. Al reflexionar sobre las
normas, podemos distinguir en ellas dos aspectos: i) El contenido, lo que manda o prohíbe la norma. Por ejemplo, “no matar”; ii) La forma en que lo hace. Por ejemplo, bajo amenaza de castigo en el
caso del derecho, como cuestión de conciencia en el caso de la moral o como
prohibición divina en el caso de la religión. Aunque en ocasiones el contenido de
determinados mandatos y orientaciones sea a la vez jurídico, moral y religioso,
eso no significa que una de las tres formas de orientar la acción tenga que
eliminar a las restantes porque cada una de ellas tiene un modo de ayudar a las
personas. La diferencia entre esos tres saberes prácticos descansa sobre todo
en cuatro elementos: quién es el que promulga el mandato y exige, por tanto, su
cumplimiento; quiénes son los destinatarios; ante quién está obligado a
responder el que lo infringe; y de quién se puede esperar obediencia. La relación entre los tres saberes prácticos
y los cuatro agentes que interactúan en ellos se puede ver en la siguiente
clasificación:
|
Religión
|
Derecho
|
Moral
|
Quién
promulga el mandato
|
Dios, a través de
la revelación y el magisterio
|
El poder
legislativo legitimado para ellos
|
La persona misma
|
Destinatarios
del mandato
|
Todas las personas
|
Los miembros dela
comunidad política
|
La persona de cada
cual
|
Ante
quién se responde
|
Ante Dios
|
Ante los tribunales
|
Ante sí misma
|
De
quién se puede esperar obediencia
|
De los creyentes
|
De los obligados
por el pacto
|
De todas las
personas
|
Referencias
Bibliográficas
SANCHEZ LEÓN, María
Cristina y ORDOÑEZ PINILLA, Camilo.
Pensamiento Filosófico I, 1ª edición, Bogotá, Editorial Santillana,
2012, páginas: 130-134.
Actividades:
1.
Con
base en la información del texto, realice un comentario sobre el siguiente
interrogante: ¿Cuál es la diferencia entre la moral y la ética?
2.
¿Por
qué son necesarios la moral, la religión
y el derecho?
4.
Fecha
límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 28 de noviembre/2013.