LA MODERNIDAD: UNA
MANERA DE VER EL MUNDO
Lee
el siguiente texto:
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Tiempo: ¿Invención humana? |
“La
modernidad es un concepto exclusivamente occidental y que no aparece en ninguna
otra civilización. La razón es simple:
todas las otras civilizaciones postulan imágenes y arquetipos temporales, de
los que es imposible deducir, inclusive como negación nuestra idea de tiempo.
(…) La sociedad cristiana medieval
imagina el tiempo histórico como un proceso finito, sucesivo e irreversible;
agotado ese tiempo –o como dice el poeta: cuando se cierran las puertas del
futuro- reinará un presente eterno. En
el tiempo finito de la historia, en el ahora, el hombre se juega su vida
eterna. (…)
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¿Futuro..? |
La
modernidad es una separación. Empleo la palabra en su acepción más inmediata:
apartarse de algo, desunirse. La
modernidad se inicia como un desprendimiento de la sociedad cristiana. Fiel a su origen, es una ruptura continua, un
incesante separarse de sí misma; cada generación repite el acto original que
nos funda y esa repetición es simultáneamente nuestra negación y nuestra renovación. (…) La
edad moderna se concibe a sí misma como revolucionaria… El gran cambio revolucionario, la gran
conversión, fue la del futuro. En la
sociedad cristiana el porvenir estaba condenado a muerte: el triunfo del eterno
presente, al otro día del Juicio Final, era así mismo el fin del futuro. La modernidad invierte los términos: si el
hombre es historia y sólo en la historia se realiza; si la historia es tiempo
lanzado hacia el futuro y el futuro es el lugar de elección de la perfección;
si la perfección es relativa con respecto al porvenir y absoluta frente al
pasado…pues entonces el futuro se convierte en el centro de la triada temporal
es el imán del presente y la piedra de toque del pasado. Semejante al presente fijo del cristianismo,
nuestro futuro es eterno. (…) La eternidad cristiana era la solución de
todas las contradicciones y agonías, el fin de la historia y del tiempo. Nuestro futuro aunque sea el depositario de
la perfección no es un lugar de reposo, no es un fin, al contrario; es un
continuo comienzo; un permanente ir más allá.
(…)
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¿controlamos el tiempo? |
La
oposición a la modernidad opera dentro de la modernidad. Criticarla es una de
las funciones del espíritu moderno; y más: es una manera de realizarla. El tiempo moderno es el tiempo de la escisión
y de la negación de sí mismo, es el tiempo de la crítica. La modernidad se identifica con el cambio,
identifico al cambio con la crítica y a lo dos con el progreso. (…) La
creencia en la historia como una marcha continua aunque no sin tropiezos y
caídas, adoptó muchas formas. A veces
fue una aplicación ingenua del “Darwinismo” en la esfera de la historia y la
sociedad; otras, una visión del proceso histórico como la realización
progresiva de la libertad, la justicia, la razón, o cualquier otro valor
semejante. En otros casos la historia se
identificó con el desarrollo de la ciencia y
la técnica o con el dominio del hombre sobre la naturaleza o con la
universalización de la cultura. Todas
estas ideas tienen algo en común: el destino del hombre es la colonización del
futuro. En los últimos años ha habido un
cambio brusco: los hombres empiezan a ver con terror el porvenir y lo que
apenas ayer parecían las maravillas del progreso, hoy son sus desastres. El futuro ya no es el depositario de la
perfección, sino del horror. Demógrafos,
ecologistas, sociólogos, físicos y geneticistas denuncian la marcha hacia el
futuro como una marcha hacia la perdición.
Unos preveen el agotamiento de los recursos naturales, otros la
contaminación del globo terrestre, otros una llamarada atómica. Las obras del progreso se llaman hombre,
envenenamiento, volatilización. No me
importa saber si estas profecías son o no exageradas: subrayó que son
expresiones de la duda general sobre el progreso. (…)
Debemos
edificar una Ética y una Política sobre la Poética del ahora. La política cesa de ser la construcción del
futuro: su misión es hacer habitable el presente. La Ética del ahora no es hedonista, en el
sentido vulgar de esta palabra, aunque afirma al placer y al cuerpo. El ahora nos muestra que el fin no es distinto
o contrario al comienzo, sino que es su complemento, su inseparable mitad… El
ahora nos reconcilia con nuestra realidad: somos mortales… En el ahora nuestra
muerte no está separada de nuestra vida: son la misma realidad, el mismo
futuro”.
Octavio Paz, Signos de
Rotación.
Bibliografía:
VILLEGAS,
Mauricio; CASAS, Javier y Otros. Sociales Integrada 9 (Educación Básica
Secundaria), Editorial Voluntad S.A.,
Bogotá-Colombia, 1990, páginas: 14 y 15.
Actividades:
1.
Con
base en el texto, realiza un escrito referido a tu posición frente a la forma
de ver el mundo llamado “modernidad.
2.
Es
propio de la modernidad el afán de “progreso”, de querer estar en el futuro sin
gozar del presente. ¿Qué consecuencias le ves a esa forma de vivir, con
respecto a las riquezas del pasado y el gozo de vivir el presente?
4.
Fecha
límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 12 de Junio/2012.